Cine fuera de Estados Unidos

 

Fuera de Estados Unidos, florecieron varias corrientes cinematográficas. Las más influyentes quizás son las de los regímenes totalitarios, quienes comprendieron el enorme poder propagandístico que había en el cine. Así, la Unión Soviética fomentó un tipo de cine que mezclaba la patria soviética y la Revolución de 1917,. En Italia, el régimen fascista de Mussolini ordenó a los estudios Cinecittà crear una serie de películas de caracter fascista. En Alemania, no hubo un fuerte control sobre el cine pero sí se rodaron numerosos documentales apoyando a los nazis, como por ejemplo El triunfo de la voluntad; varios cineastas contrarios al régimen, por su parte, prefirieron marchar al exilio, como por ejemplo Fritz Lang.

 

Casi a la par, surgió Bollywood en la India. Ya en 1913 se había fundado un estudio dirigido por Dadahaseb Phalké, que produjo unas treinta películas en diez años. Sin embargo, fue Alam Ara (1931), la primera película sonora de la India, la que marcó un antes y un después, al crear una de las más características tradiciones de Bollywood: la gran importancia de los números musicales dentro de los filmes.

 

A partir de entonces se crearon en la India varios centros de producción que se especializaron: cine histórico y superproducciones en Bombay, dramas románticos en Poona, fantasía en Calcuta. La barrera idiomática en un subcontinente con centenares de lenguas como es la India hizo que el cine europeo apenas llegara a dichas tierras, pero la gran población le permitió al mercado cinematográfico de la India, valerse por si mismo y convertirse en autosuficiente. De modo que Bollywood creció de manera paralela y autónoma al cine hollywoodense, europeo o soviético, desarrollando sus propios códigos y cánones, a veces díficiles de comprender para el espectador occidental, pero que le añadian un sabor único dentro de la cinematografía mundial.